España no es Grecia, pero…

La razón de tan severa afirmación la encontramos en el Informe mensual de Recaudación Tributaria de marzo de 2011 publicado por la Agencia Tributaria: el estancamiento de la recaudación tributaria y el lamentable situación real de la economía española.

Vayamos por pasos.

Si atendemos a la cifra nominativa de los ingresos totales de las Administraciones tributarias resulta que se ha producido un incremento de 2,9% respecto al mismo periodo del año 2010. Ahora bien, si descontamos el impacto económico de los cambios normativos vigentes en 2011 cuya cuantía se estima en 2.456 millones de euros, resulta que, los ingresos totales de las Administraciones tributarias han descendido un 3,06%.

Repasemos ahora los principales conceptos en términos de ingresos homogéneos (descontadas las eventuales devoluciones practicadas):

A) IRPF: en principio muestra un incremento del 2,2%. No obstante, dicho incremento deriva, principalmente, por la supresión de la deducción de 400 euros, de tal forma que, si se elimina dicho efecto, la tasa acumulada del IRPF sería del -1,0%. Como la propia AEAT informa, el descenso del empleo asalariado y el moderado aumento de los salarios (y el tipo medio de retención), revelan un contínuo estancamiento de la recaudación. Tal es así que, los eventuales crecimientos de la recaudación del IRPF se concentran exclusivamente en el sector privado, mientras que las retenciones del sector público registran aumento cero.

Por otro lado, resulta llamativo el descenso acumulado de las retenciones de capital (-19,2%) atribuible al menor dividendo en efectivo pagado con el cambio de política retributiva de las grandes empresas (los ingresos del modelo 123 caen un -24,5% hasta marzo).

Por el contrario, uno de los factores de impulso de la recaudación del IRPF deriva de las  menores devoluciones de cuota diferencial realizadas este año principalmente por la eliminación de la devolución anticipada por nacimiento o adopción.

B) Impuesto sobre Sociedades: la recaudación evolucionó un -19,9%, sin perjuicio que hasta abril (periodo de presentación del primer pago fraccionado) la recaudación de esta figura no es significativa. En cualquier caso, es un síntoma más.

C) IVA: (Personalmente, considero al IVA el verdadero indicador de la economía, pues revela la actividad económica existente al estar íntimamente correlacionado con la realidad de los distintos actores económicos.) Si atendemos a los valores nominales, hay un signo de esperanza: en el primer trimestre de 2011 aumenta un 8,0% la recaudación respecto al mismo periodo de 2011.

Sin embargo, este ritmo positivo está altamente condicionado por el impacto normativo de la subida de tipos (16% y 7% en 2010 vs. 18% y 8% en 2011), habiéndose valorado dicho impacto en 1.570 millones en lo que va de 2011. Corrigiendo dicho impacto, la tasa ajustada resulta ser un triste -2,73%.

Pero es que, en el IVA existentes otros factores que condicionan su evolución, como por ejemplo, el alza de los precios, especialmente, en los sectores energéticos. Ello explica que existan alzas del 35,8% (21,8% sin el efecto del aumento de tipos) del IVA de Importación revelándose como el como componente más dinámico. Por el contrario, mientras que la recaudación de las Grandes Empresas se mantiene más o menos estable, en el caso de las Pymes, las grandes damnificadas por la crisis (y los poderes públicos), sus tasas apenas son positivas nominalmente (sin descontar el efecto de tipos).

D) Impuestos Especiales: quizás por ser de difícil comprensión o de aplicación muy sectorial, se les suele hacer poco caso, pero estos tributos representan aproximadamente el 10% de la recaudación de las Administraciones tributarias, lo que demuestra su peso e importancia económica.

Pues bien, la recaudación ha variado un -2,4% y si descontamos los efectos normativos, entonces, resultaría del -6,05%.

Un breve apunte, normalmente, la recaudación de los IIEE está íntimamente ligada a la del IVA y, por ende, con la real evolución económica. Dicho lo cual, el primer trimestre no nos da motivos para la esperanza.

Como sabéis, los Impuestos Especiales es un conjunto figuras impositivas indirectas (impuestos sobre el Alcohol y la Cerveza, Hidrocarburos, Tabaco, Electricidad, Primas de Seguros, etc.).  En este sentido, quisiera aportaros unos datos acerca de las dos principales fuentes de ingresos que se explican por sí mismos:

  • El Impuesto Especial sobre las Labores de Tabaco lleva acumulado, nominalmente, una tasa del –5,5% de la recuadación (¿tendrá ello que ver la prohibición de fumar en los establecimientos públicos?).
  • El Impuesto Especial sobre Hidrocarburos, pese al sostenido aumento de los precios de los carburantes, ha evolucionado en un -2,7%.

A modo de conclusión:

Esto no va bien. Los ingresos tributarios revelan que el deterioro de la actividad económica ha afectado y está lastrando las rentas económicas de los españoles, con una progresiva y lenta disminución de la riqueza acumulada.

El actual estancamiento de los ingresos por tributos directos (gravan las rentas y riqueza) y las escasas perspectivas acerca de su reactivación a corto y medio plazo, es posiblemente el principal factor que pone en jaque la sostenibilidad de las Administraciones Públicas. En efecto, la posibilidad de pago y devolución de la Deuda Pública así como el sostenimiento de un cierto nivel de Gasto Público dependen, en gran medida, de la reactivación de las rentas y riqueza de los españoles y de sus empresas. En los últimos 4 años, los ingreso por tributos directos ha descendido un 20%, una cifra bastante pareja a la disminución de la masa laboral activa, mientras que la Deuda Pública se ha duplicado y el Gasto Público apenas se ha visto alterado.

Por el lado de las perspectivas futuras, los impuestos indirectos, dinámicos y más ligados a la realidad inmediata de la actividad económica, ponen de manifiesto que, la recaudación se eleva gracias a factores exógenos: alzas de los tipos tributación e inflación. Detraidos dichos elementos, la actividad económica se ha empobrecido siendo los principales perjudicados las Pymes y empresarios individuales. Es decir, los impuestos indirectos revelan y anticipan que los impuestos directos, más volátiles y con mayor capacidad de crecimiento, permanecerán estables o en decrecimiento.

Resultaría fácil achacar los males a tal o cual gobernante. Oigan, lo que quieran. Elijan ustedes, los hay de todos los gustos. Sinceramente, creo que el mal y el problema es compartido y si no queremos ser griegos, deberíamos tomar conciencia y asumir, en la medida que nos corresponda, nuestras responsabilidades. Y ánimo. Como ya dije, es cuestión de Resilencia, no de resistencia.

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