Asesor fiscal en confinamiento. Día 8.

Llegado el segundo fin de semana de confinamiento, con cierto agrado me sumerjo en una de mis grandes pasiones, la lectura. En ella encuentro un pequeño oasis de paz y tranquilidad para contrarrestar la estresante dinámica diaria.

Nos ha tocado vivir tiempos convulsos, más aún, los que vivimos en Cataluña, pues parece que, como bien apunta el agudo y sensacional periodista Albert Solé, nos habíamos cansado de vivir bien. Pues, como decía, tendemos a pensar que ahora son momentos extraordinarios, tengo la tentación de creer que, incluso, emocionantes. Situaciones, experiencias y contextos que marcarán huella y, con un cierto orgullo, si sobrevivimos razonablemente bien, explicaremos a nuestros nietos, como si de hazañas bélicas se tratasen o tamañas heroicidades.

La cuestión es que, cuando ahondas en la Historia, bien sea como materia científica o bien sea a través de novelas o retratos del pasado, uno descubre que, la singularidad de estos años, si la hubiera, es precisamente lo contrario que, en términos relativos gozamos de una abundancia de bienes, un nivel de conflictos de escasa intensidad y una extensión de derechos y libertades sin parangón.

Tengo la sensación que perder la referencia de lo esencial, de lo difícil que ha sido alcanzar un mínimo de derechos y garantías, de lo importante que es disponer de una cierta seguridad física y jurídica, de la fragilidad de la condición humana y la vulnerabilidad, nos perjudica y, a la larga, nos incapacita para afrontar cualquier dificultad, por leve o severa que se presente.

Hoy os recomiendo dos libros de novela histórica, relativamente poco conocidos, que abordan dos momentos históricos distintos, por un lado, la Roma de Nerón y, por otro, los años en que la Reforma protestante fue la levadura que desencadenó un sangriento conflicto político, económico y social en toda Europa, pero con especial crudeza en la parte central (los territorios que hoy son Alemania, Países Bajos, Bélgica, Suiza, Austria y norte de Italia).

En el caso de «Nerópolis» de Hubert Monteilhet, el autor retrata la sociedad del momento a través de un personaje maravilloso, Kaeso. El personaje le sirve de excusa para narrar cómo era la sociedad romana y, la verdad, en cuanto te inmiscuyes en la trama, en muchas ocasiones, uno llega a confundirse y no sabe si es una crónica actual o estamos hablando de hace ya veinte siglos, incluido ese psicópata gobernante que, por su ambición, dejó que se incendiase parte de la ciudad y culpar a otros de los males causados.

No es una novela de aventuras o de suspense, todo lo contrario, acompañamos el día a día de un Kaeso memorable, con sus cuitas, problemas cotidianos y sus preocupaciones. Pues bien, la parte más interesante y divertida es el encuentro del protagonista con los primeros cristianos, y en especial, las conversaciones con el Pedro y el Pablo que corretean por Roma, retratando unos hombres que marcaron el destino del cristianismo. Esos diálogos muestran que, a pesar de ser seguidores del mismo Jesús, son distintos y con personalidades netamente diferenciadas e, incluso, contradictorias.

La otra novela que os recomiendo es «Q«, el fruto del trabajo colectivo de un grupito de autores italianos que se denominaron «Luther Blissett» (en honor de un delantero inglés del AC Milán de principios de los años 80, que destacaba, básicamente, por ser un paquete) y que actuaban como un grupo de activistas anarcolibertarios con grandes ínfulas y pretensiones que, en un momento determinado, invitaríamos a pasar una tarde y no más. Escribieron una única novela, ésta que os menciono. Y puedo afirmar que es soberbia, magníficamente escrita y con una intriga bien elaborada y verosímil.

El periplo de los personajes, un radical protestante y su perseguidor (Q), nos permite recorrer las miserias humanas, cómo, en un momento determinado, con la excusa de la religión se desató una suerte de Armagedón sobre Europa. Una de las reflexiones más interesantes que refleja el recorrido de los inicios del Luteranismo y su expansión y consolidación, es esa idea de que en todas las dinámicas revolucionarias, los iniciadores enseguida se ven superados por la realidad y son incapaces de controlar a la masa embravecida. ¡Qué fácil es calentar las almas, pero una vez estas hierven, resulta imposible retenerlas llegando a quemar al propio incendiario!

Os advierto que no es una novela sencilla pues la trama y su lectura no es lineal, hay saltos entre los personajes y sus pensamientos, así como históricos y, en ocasiones, conviene ir con un libro de Historia al lado, pero su lectura es apasionante.

Así que, ya sabéis, sugerencias para estos días. Yo prosigo con mis lecturas.

Por cierto, espero vuestras sugerencias e ideas para compartir. Mañana nos leemos.

2 pensamientos en “Asesor fiscal en confinamiento. Día 8.

  1. Juan José

    A mi humilde juicio, magnífica la obra investigadora de Elvira Roca Barea.
    Un supositorio atómico contra feudalismos, nacionalismos, extremismos, divisiones, propagandas… es la historia en estado puro. Estos días de confinamiento, darán al menos, para lecturas…que cada uno se busque desde luego… pero que permitan apreciar que todo no consiste en las proclamas y progromos… del que tiene la batuta del poder.

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