Una de las grandes motivaciones de esta bitácora es ser un foro de discusión y proposición de ideas. Y uno de los grandes fracasos de esta bitácora es que no hemos conseguido que siquiera alguna de las mentes gobernantes de este país asome su hocico por estos lares (no es por lo que yo pueda aportar o decir, que es poco y no siempre correcto, sino porque en esta bitacora participa gente muy solvente y apegadita al día a día). Aunque visto lo visto, creo que no se asoman por ningún lado.
La noticia del día, de sobra conocida por todos, es la inminente subida del tipo impositivo del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), pasando del 18% al 21%, para el tipo general, y del 8% al 10% en el caso del tipo reducido. A priori, han anunciado que se mantendrá el tipo superreducido del 4%, si bien, los que ya empezamos a peinar canas, ya sabemos que es posible conseguir una elevación indirecta del tipo vía la eliminación de los supuestos de hecho susceptibles de acogerse a dichos tipos aminorados (medida que no han anunciado si bien, me temo que se producirá igualmente).
En estos momentos, lo único que hay es incertidumbre y la lógica confusión. Poco más se sabe.
Miento. Algo más parece cierto y se sabe. Parece que estas «mentes privilegiadas» que nos gobiernan han previsto que la subida sea inminente: se aprobará la medida mediante un Real Decreto-Ley este viernes y la entrada en vigor será, a partir de la publicación en el Boletín Oficial del Estado (el sábado o el lunes, seguramente). Perfecto.
Esta decisión le sienta a uno como cuando le mean encima y le dicen que está lloviendo. Perdonen la vulgaridad, pero siento la necesidad de dar rienda suelta a parte de mi natural indignación.
Dejando de lado la procedencia, necesidad u oportunidad de la subida del IVA (lo cual daría para múltiples debates y, por mi parte, no muy favorables), la voluntad de implantar de forma inmediata e imprevista los nuevos tipos de IVA generará profundos daños a las empresas, profesionales y empresarios individuales.
En la práctica, la realidad cotidiana (aquellas que estas «mentes privilegidas» no conocen o, peor, ignoran), es que la gran mayoría de sujetos pasivos del IVA se sirven de medios informáticos y soportes electrónicos o tecnológicos para la gestión y administración de sus actividades económicas: contabilidad, facturación, tarificación y etiquetado, etc. Pues bien, cualquier modificación del tipo del IVA obliga a la necesaria adaptación previa de dichos equipos, programas, aplicaciones, etc., no siendo posible su realización de forma automática e inmediata. Es decir, se necesita un mínimo de tiempo: debe modificarse la programación y automatización del IVA, el cálculo del Impuesto, la generación de facturas con los nuevos tipos, etc.
Por si no fuera poco, existen múltiples negocios o sectores de actividad que deberán acometer sencillas y, a su vez, farragosas medidas comerciales o meramente operativas de revisión de precios, modificación de etiquetados, etc. Por ser conocedor o sufridor de cerca, en el sector de las oficinas de farmacia, este cambio de precios será el enésimo en lo que va de año, aparte de las implantaciones del Euro por receta o el copago.
Como recordaréis, con ocasión del incremento de tipos por parte del Gobierno anterior (del 16% al 18%, a partir del 1 de julio de 2010) se generó gran importante confusión y problemas en cuanto a la cumplimentación de las declaraciones y el propio devengo del IVA, a pesar de haberse anunciado con varios meses de antelación. ¿Qué sucederá ahora con una elevación o modificación, imprevista e inmediata, sin tiempo de reacción?
Además…. como bien saben mis compañeros de profesión, debe tenerse en cuenta que, durante el mes de julio, la carga administrativa de las empresas se agrava dado que deben cumplirse varias obligaciones y formalidades de naturaleza mercantil y tributaria. Si a dicha carga administrativa se les obliga a las empresas/empresarios a llevar a cabo la necesaria adaptación a la prevista reforma del IVA de forma inmediata e imprevista, parece bastante evidente pensar que, la medida no sólo será discutible o impopular, sino que se considerará sangrante y profundamente dañina.
Por ello, llevo todo el día dando la murga a amigos y conocidos, haciendo las gestiones oportunas, para que, por favor, antes de que se apruebe este viernes en el Consejo de Ministros, tengan a bien revisar la “entrada en vigor” de la normativa, pues de no hacerlo en unos plazos razonables (1 de octubre de 2012 o, al menos, 1 de agosto de 2012), no me cabe ninguna duda que se generará confusión, desánimo y provocará daños innecesarios e irreversibles en las empresas y empresarios individuales.
No es mucho pedir, solamente, es buscar un mínimo de racionalidad en una situación tan compleja.
Por favor, a ver si conseguimos que alguien lo lea…
Al fin encuentro un comentario en la Web cargado de juicio y razón. También soy veterano en estas lides (como informático ya sufrí la subida del 12% al 13% en pleno verano hace muchos años) y valoro tu escrito con conocimiento ce causa.
Esto demuestra una vez más que estamos gobernados por ignorantes mal asesorados que si están en política es porque en la privada estarían en el paro. Gentuza.
Desde mi humilde lugar de trabajo, solo puedo decir que seguramente aunque leyeran sus acertados comentarios, nadie de los que han propuesto esta «urgentisima» medida harían nada para paliar esos efectos tan gravisimos sobre todos nosotros.
Quisiera añadir -desde mi inocencia- una pregunta que ayer me planteaba ¿será verdad que una subida del IVA sea a partir de su entrada en vigor?.
Mañana saldré de dudas, pero me temo, que SI, será posible. ¡¡¡increible!!!
Nada me sorprende ya. Cosas peores hemos visto y poco importa lo que pueda afectar a empresas y particulares…
Como dicen en mi tierra: «¡que chorra más da!»
¿Racionalidad en la ley? ¡Que osada petición!
Tienes toda la razón pero mucho me temo que está huida hacia delante (forzada por los rescatadores en Españolandia) con medidas prociclicas sólo nos conduzcan a un desastre anunciado pero en las peores condiciones posibles. Lo de si el IVA entre el lunes, el 1 de agosto, el 17 de julio a las 14h 43′ 27» hora zulu va a ser el menor de nuestros problemas.
Como diría el Capitan Alatriste
No queda sino batirnos.
Mucho nos tememos que la entrada en vigor de los nuevos tipos de IVA será inminente. Uno de los argumentos que esgrimirán estos ineptos, será que la urgencia en la implantación es para evitar especular con compras a tipos viejos (8% y 18%) y ventas a nuevos (10% y 21%)….lamentable e increíble.
El pequeño comercio y la hostelería se hunden…y no hay salvavidas.