Decía Manuel Azaña respecto a la actualización de la financiación autonómica que “para poder hacer este reajuste que la justicia impondría, porque para eso es la publicidad y la libre discusión, no para cuchichear en un gabinete a escondidas, para poder hacer eso, hay una condición indispensable, que es la claridad en las cuentas que hacen los buenos amigos, la claridad en el orden presupuestario y tributario del Estado, de la República, en relación con la región o regiones autónomas”.
Viene esto al hilo de las peculiaridades de los regímenes tributarios forales (es decir, los que atañen a Navarra y a las tres provincias vascas) pues, pese a tener su acomodo en la Constitución, ello no les garantiza “per se” que su estatus sea inmutable “per secula seculorum”, ni, menos aún, que amparen desequilibrios territoriales porque lo que esos sistemas contemplan son “unos procedimientos de financiación distintos al resto de las CCAA que no pueden dar lugar a privilegio alguno. Son diferentes (…); pero no pueden ser desiguales, ya que, si lo fueran, serían discriminatorios y, por tanto, inconstitucionales” (Francesc de Carreras).
Para ir aclarando las cosas, vayamos poco a poco, y por partes. Desde que en 1994 la planta de SEAT en Landaben (Navarra) pasó a ser titularidad de Volkswagen (VW), la exportación de los vehículos allí fabricados (se estima que el destino del 90% es el mercado internacional) se venía haciendo a través de VAESA, filial que el propio grupo VW tenía en Barcelona. Esta operativa reportaba un muy sensible beneficio para la Hacienda Foral Navarra -HFN- por cuanto que el mecanismo del IVA suponía que i) VW abonaba a la HFN el IVA resultante de sus ventas -operación interior- a VAESA; y ii) cuando ésta realizaba la exportación (operación exenta), era a la Agencia Tributaria (AEAT) a la que le reclamaba la recuperación del IVA previamente soportado. El montante de esta mecánica supuso que la HFN percibiera anualmente unos 400 millones de euros que, grosso modo, vendría a ser el 10% del presupuesto de la Comunidad Foral. Es decir, que la AEAT (el Estado), por esta peculiar vía, financió a la HFN desde 1994 hasta 2012 que fue cuando VW adoptó la política global del grupo multinacional, pasando a exportar ya directamente desde las fábricas: parece obvio que este cambio operativo habría de conllevar que, de futuro, fueran ya las arcas de la HFN (y no las de la AEAT) las que sufragaran la devolución del IVA correspondiente a los coches destinados a la exportación (unos 780 millones ya sólo en el trienio 2012/2014).
Pero es que, además, a finales de 2011 la AEAT habría propuesto la regularización de las devoluciones ya abonadas en ejercicios no prescritos a VAESA al entender -según ha trascendido- que su intervención en la comercialización era innecesaria, artificiosa y no aportaba valor añadido significativo. El importe reclamado por tal concepto se cifró en 1.513 millones de euros, equivalente pues a unas cuatro anualidades de la financiación que este sistema le reportó a la HFN. Así las cosas, y al entrar en juego las previsiones del Convenio Económico Navarra-Estado, el asunto cambió de registro y derivó en la demanda de conflicto que, ya en marzo de 2012, la AEAT presentó ante la Junta Arbitral del Convenio solicitando que la HFN le resarza las devoluciones que aquella abonó (los citados 1.513 millones, al margen de los ya mencionados 780 millones del período 2012/2014).
Y ahora es cuando hay que agarrarse, que vienen curvas (nunca mejor dicho, tratándose de un asunto automovilístico) porque “a fin de solucionar los problemas señalados, la Comisión (…) del Convenio Económico (…) fue reunida y, tras varios meses de negociaciones, el 7 de mayo (de 2012) fue firmada la adecuación del citado Convenio, acordándose el pago de 75 millones de euros -25 millones al año- por el Gobierno de Navarra a la Hacienda Estatal en relación con el IVA correspondiente a esos tres años (es decir, al trienio 2012-2014). En esa misma medida, quedaría en manos de la citada Comisión (…) resolver sobre la posible presentación de un recurso en contra de la reclamación de los 1.513 millones (en concepto) de atrasos” (Boletín Oficial de las Cortes Generales -BOCCGG- de 18/10/2012; páginas 297 y 298). Pero lo cierto es que ese acuerdo, alcanzado en la -así denominada- Comisión del Convenio, ha generado no pocos recelos, habida cuenta de:
i-. Su peculiar contenido -pues supone que será el Estado el que, excepción hecha de esos 25 millones/año, soportará el relevante impacto económico derivado del cambio operativo de VW- dado que, en palabras de la propia Presidenta navarra, Yolanda Barcina, apenas supone “la merma de 25 millones de euros anuales (ver cuadro anexo) en la recaudación total del IVA, frente a los más de 780 millones de euros que los técnicos calculan que hubiera supuesto la falta de un acuerdo como el alcanzado para el período comprendido entre el 1/4/2012 y el 31/12/2014 en el ámbito del sistema de comercialización de coches de VW” (Diario de Sesiones del Parlamento de Navarra -DSPN-, de 5/2/2013; página 42). Y, además, también se contempla que si, a resultas de las sucesivas actualizaciones de las magnitudes tomadas en consideración, “ese importe resultase mayor que los 25 millones de euros, la diferencia será compensada por el Estado a favor de la Comunidad Foral” (Anejo IV del acta 1/2012 de la Comisión; BOCCGG de 20/12/2012; página 110); es decir, que por mucho que varíen las circunstancias, la HFN no soportaría una variación al alza.
Y, en lo que se refiere al futurible resultado del conflicto que el Estado y Navarra dirimen ya ante la Junta Arbitral y cuyo objeto es dilucidar qué Administración (HFN vs AEAT) es la competente para soportar el IVA devuelto a VAESA, “ambas Administraciones comparten el interés mutuo en conocer la resolución de la Junta Arbitral sobre este asunto y acuerdan someter a la Comisión Coordinadora del Convenio lo que, en su caso, se desprenda de la mencionada resolución (…) y acuerdan que, en el seno de la Comisión Coordinadora, se evaluarán, en su caso, las consecuencias que se desprendan de la mencionada resolución (…)” (Anejo VIII del acta 1/2012 de la Comisión; BOCCGG de 20/12/2012; página 111). Es decir, que el dictamen jurídico que emita la Junta Arbitral parece que será leído en clave institucional por la Comisión. Se vislumbra, pues, el enésimo episodio de esa siempre peculiar relación entre el Derecho y la política … máxime considerando que, tal y como la propia Presidenta navarra ha afirmado, “en este terreno es en el que realmente nos jugamos nuestras finanzas públicas” (DSPN, de 5/2/2013; página 42).
Todo ello sin perjuicio de que, en cualquier caso, habrá que estar a la resolución del recurso que, contra el acuerdo de marras, UPyD interpuso ya en 2012 ante la Audiencia Nacional; instancia judicial respecto a la que algún Catedrático de Derecho Tributario (http://www.noticiasdenavarra.com/2012/10/14/politica/navarra/navarra-iva-y-volkswagen) no sólo ha cuestionado que sea la jurisdiccionalmente competente para resolver este contencioso -que también- sino que ha llegado a afirmar que “la Audiencia Nacional no es un tribunal especializado en materia tributaria” (sic), lo que evidencia que este asunto “levanta pasiones”. Ya lo dijo el Quijote, “cosas veredes, amigo Sancho”.
ii-. Su inicial opacidad (precisamente ahora, cuando tanto se habla de transparencia) que impidió conocer con precisión su contenido hasta que, ya en sede parlamentaria y mediando una expresa petición en tal sentido en el Congreso de los Diputados, se logró oficialmente el texto literal de esos ya referenciados Anejos IV y VIII del acta 1/2012 correspondiente a la mencionada reunión celebrada el 7/5/2012 por la tal Comisión.
En fin, que cuando veo que la Sra. Barcina proclama a los cuatro vientos que “esta Presidenta siempre quiere más para Navarra y va a defender más” (DSPN, de 5/2/2013; página 42) o que “Navarra ha afrontado siempre en solitario su mayoría de edad fiscal” (!!!) pues ”cuando la tormenta se cierne y descarga su furia con toda su crudeza, Navarra está bastante más sola que el resto de Comunidades, que gozan de un abrigo mayor con el Estado” (El Mundo, 21/6/2013; http://www.upn.es/10507/), no sé porqué pero me viene a la memoria ese clarividente diagnóstico atribuido, también, a Azaña: “resultaría absurdamente tautológico reprochar a éstos (los nacionalistas) un comportamiento oportunista y desleal (por definición, el nacionalismo es ambas cosas), cuando se han limitado a aprovecharse de que desde el ejecutivo se hayan antepuesto los intereses de los partidos gobernantes a los de la nación”.
Y es que ya se sabe que la historia, como cíclica que es, no es más que “el eterno retorno de lo igual” (Nietzsche).
Enhorabuena por el artículo, bravo
Punzante. Y con verdades como puños…
Pingback: De ciervos, cuchicheos y -!sí¡- también del cupo - FISCALBLOGFISCALBLOG