En mi último “post”, publicado el pasado 19/5 bajo el título de “Mucho más que una carta”, me hacía eco de un episodio -triste, así lo veo yo- cuyo origen fue la inquietud -manifestada por los asesores fiscales representados en el Foro de Asociaciones y Colegios Profesionales de la AEAT- relativa al cómputo del plazo de alegaciones en los TEAs durante la vigencia del estado de alarma.
El caso es el allí relatado y a él me remito.
La novedad que motiva este “post” es que ese episodio ha tenido un nuevo capítulo -éste esperanzador- protagonizado por el mismísimo Presidente del TEAC (D. José Antonio Marco) que, ante la carta recibida de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), reaccionó de un modo que le honra: contactando con la propia Presidente de la Asociación para exponerle que lamenta la respuesta lacónica e inmotivada que los nueve miembros del Foro recibieron como respuesta a la inquietud por ellos mostrada (contestación que, ahora sabemos, no se correspondía formalmente con la por él evacuada).
Además, y esto también enaltece su gesto, el Sr. Marco ha trasladado expresamente a la AEDAF la que es su opinión (que, obviamente, no puede tomarse como la propia de un órgano colegiado como es el TEAC) al respecto, entendiendo que tales plazos están suspendidos en tanto en cuanto siga rigiendo el estado de alarma.
Sirvan, pues, estas líneas -que son de Justicia (como suele apuntar mi bienquerido Diego Gómez)- para reconocer la empática reacción del Sr. Marco que, en lo que a él atañe, ha puesto todo lo que personalmente estaba en su mano para salvar un episodio del todo desafortunado pero del que todos, sin duda, sacaremos nuestras propias enseñanzas y conclusiones.
Para una mayor claridad, este “post” (necesariamente breve, dada su obvia intención) viene presidido por el “comunicado” que la propia AEDAF remitió a todos sus asociados dándoles cuenta de la loable reacción del Presidente del TEAC.