Asesor fiscal en confinamiento. Día 15.

En el BOE de hoy se ha publicado, definitivamente, la esperada prórroga del estado de alarma, mediante el Real Decreto 476/2020, de 27 de marzo. Por tanto, si se cumple el pronóstico, nos imbuiremos del espíritu del Domingo de Resurrección.

Pero junto el citado decreto, se publica el Real Decreto-ley 9/2020, de 27 de marzo, por el que se adoptan medidas en el ámbito laboral.

Es 28 de marzo de 2020 y el Gobierno siguen sin aprobar ninguna medida económica, financiera o fiscal de estímulo y apoyo a las empresas y agentes económicos.

Intentaré ser lo suficientemente explícito, directo y claro para exponer la situación que, hasta el más sectario pueda entenderlo.

  • Salvo excepciones, la gran mayoría de las empresas, así como empresarios y profesionales individuales, vemos como parte de nuestros ingresos se volatilizan. Desaparecen. No hay.

    En algunos casos (muchos), la afectación es máxima. Desde el pasado 14 de marzo no entra ni un euro en caja. Y ahora nos vamos, como mínimo, hasta el 12 de abril. Un mes, mínimo, sin ingresos. Y luego, ya veremos.

    No es un problema de deuda, es mucho más grave; si no entra dinerito en la caja, no se puede pagar nada, ni trabajadores, ni impuestos, ni a los proveedores, ni se puede devolver los créditos.

  • Ante esta situación, si una empresa quiere sobrevivir y garantizar mínimamente su viabilidad futura, así como para mantener su nivel de gasto y costes (entre ellos, sobre todo los costes laborales), necesita hacer algún ajuste (temporal) que le permita reducir las pérdidas.

    Nota para indigentes intelectuales: si en un periodo una empresa tiene cero ingresos y, a su vez, tiene que mantener el nivel de gastos (proveedores, arrendamientos, trabajadores, costes financieros, impuestos, etc.), entonces obtendrá un resultado negativo llamado pérdidas. ¿Ok?

    Y no me hables de endeudarme. La deuda es viable si hay excedentes futuros (beneficios) para su devolución y retorno. Sólo un gestor público o algún otro tipo de imbécil pedirá un préstamo o crédito para pagar gastos corrientes sino tiene las mínimas garantías de que, a futuro, tendrá el dinero suficiente para devolverlo. Y ahora mismo, sólo un funcionario sabe lo que cobrará el mes siguiente…

  • En el Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo (consultar resumen aquí), aparentemente, se adoptaban medidas para flexibilizar ajustes en relación a los costes laborales. La idea era que, dado que las empresas están paradas, al menos no tengan que asumir íntegramente el gasto laboral, sin perjudicar los derechos laborales de los trabajadores.

    Y para algunos trabajadores autónomos, les lanzaba alguna migaja para que pasen estos días en casa tranquilamente viendo Aló Presidente en sesión continua.

    Y ahí acabó todo, nada de temas tributarios (por haber no hay una vulgar ampliación de los plazos reglamentarios para la presentación de las autoliquidaciones), nada que decir sobre el mercado inmobiliario para ayudar a propietarios e inquilinos (con la consiguiente tensión y dificultades para las partes), nada para preparar la recuperación.

  • Como sucede con este Gobierno, una cosa es lo que se anuncia y otra la realidad. Así, desde un inicio, la aplicación práctica de las medidas laborales contenidas en el citado Real Decreto-ley 8/2020, vía los dichosos ERTE’s, no resultan tan flexibles y ágiles como se había vendido, añadiendo aún más incertidumbre al ámbito empresarial.

    En decir, se adoptan por las empresas ERTE’s pero, dado que las autoridades competentes están desbordadas, no se tiene la certeza acerca de su aceptación y validez, por lo que, las empresas aún no saben si realmente han podido reducir sus potenciales pérdidas.

  • En cualquier caso, los famosos ERTE’s venían con una trampa, porque obligan a las empresas a mantener su personal durante un periodo obligatorio mínimo de 6 meses tras la finalización del estado de alarma.

    Esta exigencia parte de la premisa que se recuperará la normalidad del mes de enero/febrero de 2020 de forma automática tras el levantamiento del estado de alarma. Quizás las terrazas y algunos bares puedan volver a una cierta normalidad, pero dudo que la gente esté ahora mismo planificando vacaciones, pensando en comprarse muebles o vestuario de primavera, y valorando la adquisición de segundas residencias.

  • Sigamos. Si una empresa no puede minimizar sus pérdidas durante el periodo de inactividad (o de mínima actividad), deberá consumir sus ahorros y fondo de maniobra (diferencia entre disponibilidades líquidas y obligaciones/deudas corrientes con terceros) para mantenerse en pie.

    La cuestión es ¿cuánto durará el periodo de inactividad? Si fuesen 2 o 3 semanas, es probable que la gran mayoría de empresas y empresarios individuales puedan soportar estas pérdidas sin dificultades. Ahora bien, vamos camino de un mes (según la normativa legal vigente), pero muchos intuimos que, nuevamente, deberá alargarse alguna semana más y la recuperación de la normalidad será progresiva (poco a poco).

    Por tanto, ante un escenario de 2 o 3 meses (incluso más en algunos sectores económicos) el deterioro económico puede poner en jaque a muchas empresas y actividades económicas.

  • ¿Y cuál es la respuesta del Gobierno ante este escenario? Por un lado, endurece la posibilidad de que las empresas puedan ajustar temporalmente los costes laborales. Y, por otro lado, les impide o limita que ajusten las plantillas para adecuarla a su futura capacidad económica. Eso es el Real Decreto-ley 9/2020, de 27 de marzo.
  • En consecuencia, a las empresas (y empresarios individuales y autónomos) se nos obliga a mantener el personal y sufragar íntegramente sus costes, a pagar los impuestos en tiempo y plazo, a devolver deudas y liquidar costes financieros, a pelearnos con otros empresarios (proveedores y acreedores corrientes) para conservar la escasa liquidez, y todo ello, en un escenario de caída generalizada de los ingresos, pérdidas, falta de cobros y disponibilidades líquidas.

    Es decir, pone a las empresas (y empresarios individuales y autónomos) en riesgo. Y muchas de ellas, difícilmente tienen la capacidad y recursos para mantener la actividad económica, por lo que, no es que tengan que ajustar sus plantillas a futuro, sino que, directamente, procederán al cierre definitivo (vía el oportuno expediente concursal).

  • Podríamos pensar que el Gobierno son unos incompetentes (cuestión ésta que queda a diario suficientemente acreditada) o unos meros ilusos. Es loable desear que los trabajadores no pierdan sus puestos de trabajo (objetivo y deseo que comparto), pero hay que ser estúpido para creerse que con sus medidas evitarán que los trabajadores pierdan sus trabajos por causa del COVID-19.

    ¿Qué hay posibles oportunistas o empresarios fraudulentos? Nadie lo discute, pero para eso la Administración tiene sus medios y recursos para controlar que no se comentan abusos. Eso no es motivo para adoptar una medida tan restrictiva e intervencionista.

    La mejor garantía para cualquier trabajador es que su empresa sea viable, sostenible, obtenga ingresos y el dinerito correspondiente para pagar los salarios y mantener sus condiciones laborales. Ganar dinero no es pecado, es bueno, saludable y a todos nos beneficia, estúpidos.

  • Pero no son unos meros incompetentes. Es un Gobierno psicópata que, conscientemente, acepta que muchas empresas (y empresarios individuales y autónomos) desaparezcan, que actividades económicas mueran, que existan muchos trabajadores que, definitivamente, pierdan sus puestos de trabajo.

    En definitiva, este Gobierno asume que un determinado porcentaje de la población se verá abocada a depender de las ayudas públicas. Y es que, una persona necesitada, una persona que depende de los subsidios públicos para su subsistencia personal, es una persona sumisa y obediente. Todos tenemos un Fausto en nuestras entrañas.

En definitiva, si la irresponsabilidad y la mala gestión del Gobierno son los directos causantes del agravamiento del número de víctimas y afectados por el COVID-19 y otras patologías, a su vez, este Gobierno también tendrá que asumir la responsabilidad por

  • el agravamiento y extensión del parón económico, es decir, por la profundidad de la caída de ingresos y el tiempo de duración;
  • dificultar la recuperación económica, causar un deterioro del futuro de los puestos trabajo, pensiones y sostenibilidad del tejido empresarial, y provocar una recesión económica, con los consiguientes daños y víctimas sociales.

El Gobierno está jugando con nuestras preocupaciones y expectativas, está dañando nuestra estabilidad emocional. Cuidado con ello pues, como explicaba mi profesor de Historia en el colegio, el Sr. Forcano, todas las Revoluciones empiezan en las cocinas de casa…

 

12 pensamientos en “Asesor fiscal en confinamiento. Día 15.

  1. Jose Luis Collantes

    Reflexiones certeras que suscribo íntegramente. Mi enhorabuena por su blog.
    No hay más ciego que el que no quiere ver y este gobierno no quiere ver, me temo.

    Responder
  2. Miluch

    Tela…muy buena exposición. Al final, nadie quiere que despidan a trabajadores, y yo lo soy por cuenta ajena, la clave es minimizar sus efectos, y con esas medidas en lugar de eso pueden incrementarlos exponencialmente por la vía de insolvencia y concursos

    Responder
  3. CARLOS ROMERO PLAZA

    Eres un superdotado.El pensamiento de hoy me parece sublime.
    Siento mucho la pérdida de tu madre. Un abrazo.

    Responder
  4. Marcos Hernández

    Ja, ja..! … “Nota para indigentes intelectuales”… Me ha encantado. No te preocupes Emilio, seguirán sin entender absolutamente nada. Sólo espero que en el momento oportuno todos los ciudadanos (remarco lo de “ciudadanos”) exijamos las correspondientes responsabilidades políticas, civiles y penales al ejército de Pancho Villa.

    Responder
  5. Alphabet

    De acuerdo con casi todo el texto. Como sugerencia y para hacerlo un poco más didáctico, suprimiría el comentario sobre “hasta que un militante de podemos lo pueda entender”. Esto hace que todo simpatizante se pare ahí y no termine de leer por el mero hecho de no encajar una crítica a primeras. Así lo podré compartir más sin parecer que son lecciones!
    Gracias

    Responder
    1. Emilio Pérez Pombo Autor

      Seguramente su comentario es acertado, pero hay gente que vive en un confinamiento mental que da igual lo que se diga, exponga o demuestre, se seguirán aferrando a sus creencias o ideas hasta el extremo. Tomo nota y lo valoro. Gracias por su comentario. Emilio.

      Responder
    2. Alfredo Pons Menargues

      Cierto, ese comentario sobra. El resto está muy bien excepto que está orientado a criticar al gobierno actual dando a entender que con otro gobierno esto no pasaría. Lo mal que tenemos en este país es que el binomio pp/psoe son inútiles por igual y ladrones por igual.

      Responder
      1. Emilio Pérez Pombo Autor

        Critico este Gobierno, porque es el que hay. En el pasado también lo hice con otros Gobiernos. Creo que he sido coherente con mis ideas, sea quien sea el que detente dicha responsabilidad. En cualquier caso, gracias por dedicarme tu tiempo, tu comentario y tu observación. Un cordial saludo. Emilio.

        Responder
  6. Pascual Soto Guerrero

    Amén, soy socio en un despacho asesor y no podrías haber descrito mejor lo que pienso y siento. Solo nos faltaba la última perlita anunciada por nuestras dos “superministras” un permiso forzoso remunerado, que si… que luego el trabajador devolverá las horas… pero ¿cómo narices piensan que va a poder pagar y cotizar el empresario si sus ingresos son 0 desde hace dos semanas?

    Mientras tanto, sigo esperando el listado de actividades esenciales para informar a mis clientes si mañana pueden acudir a sus puestos de trabajo, por que claro, el mejor día para anunciar una medida así es un sábado por la noche…

    Bravo…

    Responder

Anímate a participar y déjanos tu comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.