Ante los acuerdos para apoyar la investidura del gobierno en funciones, quienes suscriben estas líneas, en su condición de tributaristas, amantes del Derecho, reafirman su compromiso con el Estado de Derecho y el respeto a la Ley, así como en los principios básicos de la democracia liberal. Por ello, de forma taxativa, rechazan la existencia de cualquier tipo de lawfare o, dicho en términos más claros, persecución judicial con fines políticos o ideológicos como se insinúa en dichos acuerdos, así como el ataque que tal afirmación representa a la independencia del Poder Judicial.
También rechazamos la amenaza que esos acuerdos representan para algunos pilares fundamentales de nuestro Estado de Derecho y entre las que más directamente nos afectan, como son la vulneración de principios básicos, la quiebra de la solidaridad interterritorial o a la unidad del modelo organizativo representado por la AEAT, en cuanto garante del cumplimiento del mandato general de contribuir establecido en el artículo 31.1 de la Constitución.
Por estas y otras muchas razones que han sido públicamente expuestas por otros que nos han antecedido, desde FiscalBlog queremos expresar nuestra adhesión, sin fisuras, a los comunicados manifestados por la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado, los Abogados del Estado, las asociaciones de Jueces, las de Fiscales, los Colegios de Abogados, los Inspectores de Trabajo, los miembros del Cuerpo Diplomático, y todas aquellas otras entidades representativas de profesionales del Derecho – tantas que no pueden enumerarse –, cuya abundancia y sintonía definen a las claras la gravedad de lo que sucede.
Las discrepancias que, en el terreno aplicativo de una normativa como la tributaria, cada vez más inextricable, podamos manifestar desde esta bitácora, en el ámbito de nuestras respectivas actuaciones profesionales, quedan muy al margen de este contexto, considerando imprescindible, aquí y ahora, formar una línea de criterio común entre todos los que vivimos en el Derecho, para el Derecho y, parafraseando a nuestro añorado Alejandro Nieto, por qué no decirlo, del Derecho.
Esaú Alarcón García
José Manuel Almudí Cid
Alejandro del Campo Zafra
Leopoldo Gandarias Cebrián
Javier Gómez Taboada
Gloria Marín Benítez
Emilio Pérez Pombo
José-Andrés Rozas Valdés
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Dos preguntas, desde el desconocimiento jurídico:
1) ¿la Ley 46/1977 Ley de Amnistía, también iba contra «el Estado de Derecho y el respeto a la Ley, así como contra los principios básicos de la democracia liberal»?
2) el modelo foral Vasco no ha roto ya los «pilares fundamentales de nuestro Estado de Derecho y entre las que más directamente nos afectan, como son la vulneración de principios básicos, la quiebra de la solidaridad interterritorial o a la unidad del modelo organizativo representado por la AEAT»?
Gracias
Las respuestas son muy obvias. La Ley 46/1977 se enmarca dentro del proceso de Transición y conformación de un Estado de Derecho. En el año 1977 no había un Estado de Derecho propio de una democracia liberal. Me imagino que lo tendrá presente. Por otro lado, el Concierto foral está expresamente reconocido en la Constitución, con su desarrollo normativo y está correctamente incorporado en nuestro ordenamiento, con independencia de si es de mi agrado o no. A título individual, cuestiono la pervivencia de la singularidad foral. Me remito a anteriores escritos. Ahora, le ruego que haga el esfuerzo de valorar si, en lugar de los actores que han planteado la iniciativa, lo efectuasen la alternativa u oposición. O que los beneficiados, en lugar de ser personas de su simpatía, fuesen de otro color político. Estoy convencido de que su criterio cambiaría radicalmente. En cualquier caso, gracias y un saludo cordial.
Como ya he avisado, pregunto desde el desconocimiento. Siempre estoy dispuesto a aprender de los temas que no domino. Y nunca cambio de criterio en función de la simpatía que le pueda tener o no a quien formula una iniciativa, como espero que haga cualquiera que participe en este foro.
Muchas gracias por la respuesta.
El Derecho -en mayúscula- es la plasmación del pacto social que permite la convivencia de los humanos.
Desde la célula más simple -aldea- hasta la mas compleja -relaciones internacionales-.
Ese pacto facilita la seguridad jurídica que permite que podamos confiar en los demás.
Si el pacto es alterado a capricho de uno, la confianza quiebra y la seguridad jurídica decae.
¿Quién va a confiar en quien?